sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 27.


Al darme la vuelta no me imaginaba que Pedro estuviese allí.
- ¿Él viene conmigo?
-Efectivamente.
- Pe-pe-pero-balbuceé contenta- Si el no tiene dinero y tú tampoco ¿Cómo va a ir?
- Estela, cariño, yo tenía ahorrado dinero desde hacia años atrás. Por unos 300 euros… no pasará nada. Además, prefiero que vaya él, sé que así no te aburrirás de camino allí y también estoy más seguro de que no te pasará nada a su lado ¿a que no Pedro?
- Eso seguro. Estará sana y salva conmigo, no lo dudes.
Abracé a Pedro con fuerzas y le dí un beso en la mejilla. Luego me dirigí hacia mi padre e hice lo mismo.
-Eres el mejor, papá. Te quiero.
-Lo sé hija-sonrió.
- ¿Cuándo sale el avión?
- Esta tarde, a las ocho.
-¿Esta tarde? Que rápido ¿no?
- Sí, asíque ya sabes, prepara las cosas ya que sino después no te da tiempo.
-Vale.
-Bueno, yo haré lo mismo. Nos vemos esta tarde-siguió Pedro.
- A las siete aquí ¿eh?
-A las siete estoy aquí.
Pedro se fue despidiéndose de mí con un abrazo fuerte y un beso. Luego me fui a mi cuarto y empecé a preparar las cosas.
La maleta iba a reventar con todas las cosas que había metido dentro.
Mi padre se acercó a la habitación.
- Cariño, estos años contigo me han demostrado que te quiero con locura y que eres lo mejor que me ha podido pasar.
- Gracias papá. Han sido inolvidables.-nos abrazamos muy fuerte y algunas que otras lágrimas cayeron por las mejillas.
-Ahora, llama a tu madre para decirle que te espere allí en el aeropuerto cuando llegues ¿no?-cambió de conversación.
- Esta bien. Ahora la llamo.
-No tardes que tenemos que comer ¿vale?
- Vale. No tardaré.
- El teléfono está en la cocina. Yo voy a comprar pizzas.
- Muy bien.
Oí el portazo de la puerta, significaba que mi padre se había ido. Entonces accedí llamar a mi madre.
-¿Mamá?
- Dime cariño.
- Mira, tengo una sorpresa.
-¿Una sorpresa? ¿Cuál?
-No te lo vas a creer. Mi padre me ha dejado ir a verte con Pedro.
- ¿En serio? ¿Y cuando vienes?
-Cojo el avión a las ocho.
-¿Hoy vienes?
- Claro.
-Entonces te espero en el aeropuerto.
- Eso te quería decir. Cuando te pegue el toque es que estoy ya montada.
-Vale hija. Entonces esta tarde me presentarás a tu novio ¿no?
-Que pesadita eres-reí- Si voy con él lo más lógico es que te lo presente, ¿no crees?
- Ya, ya.
-Bueno mamá, te dejo que ya papá esta aquí con las pizzas.
-Que rico-rió- bueno, esta tarde nos vemos cielo. Te quiero.
-Y yo. Adiós mamá.
En ese momento mi padre entraba por la puerta.
-¿Estabas hablando con mamá?
- Sí. Se ha puesto muy contenta con lo de que yo voy para allá.
-Me alegro. Bueno, vamos a comer ¿no?
-Si, porque tengo un hambre insoportable.
-Pues a comer.

Al cabo del rato, ya habíamos terminado de comer, quedamos hartos y yo seguí con la maleta y haciendo memoria por si se me quedaba algo atrás.
Al terminar, encendí el portátil y hablé con Laura desde tuenti.

-¿A que no sabes dónde voy?
-¿Dónde?
-Voy a Nueva York, a ver a mi madre con Pedro.
-Que guay. También me gustaría ir yo también.
- La verdad que estoy muy contenta.
- ¿Cuándo te vas?
-Tengo el avión a las ocho. Salgo de aquí a las siete.
- Quiero verte antes de irte.
-Sólo me iré hasta que comiencen las clases de nuevo.
-Ya pero… quiero verte.
-Bueno mira… son las cuatro y media. Voy a echar una buena siesta y me levantaré sobre las cinco y media. ¿Quedamos en la puerta del gimnasio a las seis?  Así estaré una hora más o menos contigo.
- Esta bien. No te retrases.
-No lo haré. Bueno luego nos vemos. Adiós.
Me desconecté y puse la alarma a las cinco y media antes de acostarme, sino me quedaría dormida.
Me eché en la cama y quedé roncando a los cinco minutos. Tenía que dormir algo ya que el camino era algo largo y no podría dormir.

En mi quinto sueño suena el despertador. Las cinco y media. Me levanté rápido y me cepillé los dientes. Me vestí con lo primero que vi y me fui al gimnasio.
- Estela. ¿Qué pasa?
-Pues no sé, dime tú.
- Te echaré de menos. ¿Lo sabes?- me abrazó.
-Y yo también. Pero sólo es este verano, no sé porqué estás tan triste.
Hubo un silencio y Laura prosiguió hablando.
-Yo también me voy.
- Que buenas vacaciones ¿no?
- Y curso…
- ¿Qué?
-Lo que has escuchado. Me voy de la ciudad.
-Pe-pe-pero ¿por qué?
-Mi madre… la tienen que operar del pecho y aquí no hay curas.
- Lo siento…
- No pasa nada.
- Espero que se ponga bien. Ahora entiendo las prisas por verme.
-Era por eso. Bueno, este año no estaré aquí pero el año que viene nos veremos.
- Sí-miré la hora. Las siete menos tres minutos- OH, no. Laura, te tengo que dejar sino voy a perder el avión.
- Claro. ¿Estaremos en contacto?
- ¡Claro! Para eso están las redes sociales ¿no?
- Vale. Pasa un buen verano. Te quiero.
- Yo también. Te quiero- le abracé.
Me despedí de ella y volví a casa. Ya estaba Pedro allí.
- Menos mal. Creía que no vendrías ya-rió.
-Lo siento, se me hizo tarde.
-No pasa nada. Vamos, montaos en el coche.
- ¿Y mi maleta?
- Ya la subí yo. Tranquila-sonrió Pedro.

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