sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 24.


Mientras hablaba con él, mi móvil empieza a vibrar. Un mensaje.
-Quién será-dije.
Cogí el móvil. El mensaje era de Laura.

Estela, te e dejado un privado en el tuenti, por favor, léelo. Te interesará, te lo juro.

Me extrañó que me escribiera un mensaje así. Me interesé y le pedí a Pedro el ordenador para poderme meter en el tuenti.
- Pedro, ¿me dejas el ordenador un segundo?
- Claro. Ahora te lo traigo.
Subió a su cuarto y bajó tan rápido que no me había dado cuenta de que se había ido.
-Ya estoy. Toma.
-Gracias.
Me metí en tuenti y lo primero que me salió fue el suyo.
-Pedro, es tu tuenti. Ah y tienes un privado-le doy a verlo como si yo fuese su mejor amiga y conociese todo de él. Vi un mensaje de Andrés.
- ¿Qué haces? ¿Quién te ha mandado a abrirlo?-me quitó el ordenador.
- Lo siento… curiosidad. ¿Por qué te ha escrito Andrés un privado? ¿Tu no te hablas con él no?
-Ya…Yo no hablo con él, pero…-pausó- nada, da igual-terminó.
-¿Pero qué? ¿Qué me ocultas Pedro?
- No te lo puedo decir, lo siento.
- ¿No? Pues si no me lo vas a decir, no quiero que me dirijas la palabra hasta que lo hagas.
- Pe-pe-pero…
- Pero nada-interrumpí-cuando me lo quieras decir me avisas.
Cogí el bolso y me fui. Sabía que había echo lo correcto. Sabía que Pedro guardaba algo, y era importante, estaba segura. Tenía que contármelo, pero no sabía el porqué no lo hacía.

Pasaron los días, las semanas, yo no paraba de estudiar. Llegaban las últimas clases, el verano.
No sabía nada de Andrés y claro, Pedro… no me llamaba ni me decía nada. Sólo nos mirábamos en las clases y se acabó. No se acercaba a mí. ¿Me abría pasado?

Último día de instituto, esperaba ese día más que nunca. Ya al día siguiente llegarían las notas. Sabía que no me había quedado ninguna pero no había sacado una buena nota, claro.
Al llegar allí, vi un barullo de gente a un lado del instituto, sólo había chicos y me acerqué.
Me sorprendí bastante de lo que mis ojos veían. ¿Pedro chillándole a Andrés? Eso nunca me lo habría pasado por la cabeza. Hice hueco entre la gente y los separé.
- ¿Qué pasa aquí? ¿Hasta el último día vais a dar la lata?
- Lo siento, pero ya no podía más-empezó a hablar Pedro.
-Eres lo peor, ¡te voy a matar!-le exclamó Andrés acercándose a él enfurecido
-¿Tú a mí? ¡Venga ya!-chuleó.
-¡Basta!-les acusé- Si vais a seguir así, me voy.
Volví a abrir hueco entre la gente y me alejé de aquel lugar. Al rato apareció Pedro.
- Lo siento mucho, de verdad.
-Yo: Déjame, no quiero saber nada de esto-refunfuñé- tu eres mi mejor amigo hoy en día y me caes muy bien y Andrés, bueno, Andrés…
- ¿Andrés qué?
- No estoy con el, te lo dije y cada vez le quiero menos. Me a echo mucho daño y ya no se preocupa por mí ni nada. La otra vez me dijo que lo sentía por todo y por lo que te dijo a ti. Que no volvería a pasar.
Un silencio largo se apoderó de nosotros y él comenzó a hablar.
- De eso quería hablarte desde hace mucho tiempo y creo que ya llegó el momento.
-¿Hem?
- Ven, sígueme-miró por todos lados por si nos habían visto alguien.
- ¿Dónde vamos?- La verdad, me daba igual. Era el último día y ya no se hacía nada en clases a estas fechas, asíque le seguí.
-: A un lugar solos.
Llegamos a un pequeños bosquecito alejado del instituto, como si fuera una colina, nos sentamos y Pedro comenzó a parlar.
- Vamos a ver. ¿Te acuerdas de lo del mensaje que te escribí?-asentí con la cabeza- pues te lo escribir sin querer escribírtelo-mi cara parecía un poema, hasta el mismo se había liado con las palabras seguro-vamos a ver, te escribí eso, sí, pero de verdad no siento lo que te escribí-mi cara fue confusa-Mira, al grano voy, porque me estoy dando cuenta de que no te enteras de nada- asentí- Bueno, pues, la verdad, te quiero, y mucho-me quedé sorprendida- pero tenía que separarme de ti fuese como fuese, alguien me obligó a hacerlo.
- Andrés-fue el primero que se me vino a la cabeza.
- Sí, siento decírtelo, pero es él. Él me obligó a escribirte eso, sabía lo del beso, no sé cómo, pero lo sabía, quizás nos vio.
- Pues sería a través de las ventanas de la cocina, porque otra cosa…-pensé.
-Pedro: Será eso, no tengo ni idea. La cosa es que me obligó a hacer eso, me amenazó con hacerle daño a mi madre, está loco Estela, no es normal.
-Yo: No sé que decir-afirmé-me quedo asombrada con lo que me estás contando. ¿Hay más?
-Sí, me dijo que si me volvía a acercar a ti me pegaría hasta matarme. Por eso, la otra vez que fuiste a mi casa miraba por si había alguien, quería asegurarme de que no te seguía, pero te volvió a ver, asíque me lo advirtió una vez más y esta vez contigo. O me alejaba de ti o ya no te vería más, nunca más.
- Dios, no sabía que había pasado eso, tengo que hablar con él.
-¡No!, no lo hagas por favor, hazlo por mí. Te quiero…
Algo dentro de mí me decía que yo también sentía algo por él, que le quería y que me daba igual Andrés y sus locuras de tontos.
-No, lo siento Pedro, pero tengo que arreglar esto lo antes posible. Sé que a mí no me hará daño y si lo hace lo denunciaré. Mi padre es policía, me ayudará a hacerlo.
-Como quieras, pero yo voy contigo. ¿Entendido?
- Como quieras, va a ser rápido-reí-pero una cosa más, ¿por qué os estabais pegando antes?-Interrogué pensativa.
-Por ti. Te quería hacer daño para hacérmelo a mí. “Si no está conmigo, no está con nadie”; Así me lo dijo.
- Vale, venga, vamos.
Caminamos hacia Andrés, el casi nunca entraba en clase y siempre estaba fuera.
- Andrés ¿Sabes una cosa?
-¿El qué?- preguntó confuso- ¿Vas a volver conmigo?-sonrió como tonto.
-¿Contigo? No. Ahora estoy con Pedro y contigo no- él dejó de sonreír, más bien, empezó a mosquearse.
- ¿!Cómo¡? No, tú estás conmigo, no con ese tipejo- le miró desafiante.

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