sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 22.


Lo senté en la silla de la cocina y le empecé a curar la herida.
Los labios los tenía hinchados y morados asíque le toqué con algodón y sentí un escalofrío por mi cuerpo, sus labios eran color caramelo de fresa y parecían tan blanditos… Él me miró y me estremecí, sentí como su mirada se cruzaba con la mía y poco a poco me dejé llevar por la sensación hasta que sus labios y los míos se juntaron y llegó el beso. Fue un beso tierno y corto pero a la vez largo. Nunca me había pasado algo parecido, fue el mejor beso que me habían dado nunca. Ni todos los besos que me dio Andrés los superaba. Me encantó.
Abrí los ojos y rápidamente separé mis labios de los suyos, no sabía que me había pasado, estaba en un shock.
-Hem… lo siento-se inquietó-me voy, tengo prisa.
- Sí, será mejor. Adiós.
Lo acompañé hacia la puerta y antes de irse miró hacia atrás. Me sonrió sin querer hacerlo y se fue. Cerré la puerta y me metí en mi habitación.
Eran la una de la tarde así que cogí los auriculares y me puse a escuchar música tumbada en la cama hasta que mi padre llegara para almorzar. Ya no iba a ir al instituto, faltaba una hora para que terminasen las clases.
Mientras escuchaba música recordé ese momento en el que Pedro y yo nos besamos y me reí. Sabía que no había echo bien en hacerlo porque todavía estaba con Andrés, o eso pensaba yo. Pero por otra parte me gustó mucho y no me había arrepentido de hacerlo.
- ¿Estela, cariño?-me desperté con un brinco.
-Ah papá.
-¿Qué haces aquí?
- No me encontraba bien y me vine antes de terminar las clases.
- Ya estas bien ¿no?
- Sí, sí, estoy bien.
- Vale. Bueno voy a hacer el almuerzo, baja cuando te llame.
-No te preocupes.
Menos mal que mi padre siempre me cree en lo que le digo y confía en mí. No me gusta mentir, pero no le iba a decir que un compañero de clase ha venido a casa porque le han pegado y yo le he curado.
Mientras mi padre hacia el almuerzo, cogí el portátil y me tumbé en la cama. Estaba contenta, no sabía el por qué.
Al meterme en el tuenti vi un mensaje de Pedro:
Estela, siento mucho lo que ha pasado. No sé como, pero pasó. No volverá a ocurrir. Lo siento…
Me entristecí de pronto y mi cara pasó a ser de “soy la niña más feliz” a “me quiero morir”.
No sabía por qué me había dicho eso y por qué yo estaba así cuando me pidió perdón. Algo en mi interior ha crecido gracias a él, no sabía si me gustaba o solo era un pasatiempo para olvidarme un tiempo de Andrés. Pero aún así le contesté:
Pedro, sé que no lo habíamos pensado pero si te digo la verdad, no me arrepiento de haberte dado ese beso. Sí, estoy con Andrés, pero me gustó lo nuestro…
Le di a enviar. Tenía que mostrar lo que verdaderamente había sentido con aquel beso y sabía que tenía que hacer algo con respecto a Andrés y ya sabía lo que debía hacer.
Almorcé y me eché a dormir un rato, estaba liada y cansada.
Cuando me levanté vi un mensaje en el móvil. Era de Andrés:
Estela, quiero hablar contigo. Esta tarde a las ocho quedamos en la puerta del bar de al lado de tu casa.
No le contesté. Miré la hora, las seis y media. Me levanté de la cama y miré el tuenti por si Pedro me había contestado, pero nada.
Me duché y luego merendé tranquila, no había prisas, eran las siete nada más. Entonces me puse a ver un poco la tele y a saber lo que pasaba a mi alrededor.
Cuando me quise dar cuenta ya eran las ocho menos cuarto, así que cogí las llaves y me fui al bar. No sabía de qué quería hablar Andrés, pero algo bueno seguro que no era.
Al llegar al bar, él no estaba aún así que pedí una coca-cola Light mientras llegaba. Él no solía ser muy puntual.
-Hola Estela.
- Ah hola…-dije algo enfadada- ¿de qué querías hablar?
-Pues… que lo siento por lo que le hice a tu amigo y que no volverá a ocurrir.
- ¿En serio?- no podía creer las palabras que decía Andrés, algo en mí me decía que no le creyera.
- Sí, lo siento mucho- soltó con un suspiro- quiero estar contigo otra vez como en el principio.
 - Déjamelo pensar ¿vale?
- Esta bien. Como quieras.
- Bueno me tengo que ir. Ya nos vemos. Adiós.
- ¿No vienes a dar una vuelta?
-No, no puedo, lo siento.
Cogí mi bolso y me marché de aquel bar. Mientras caminaba, pensaba en las palabras que me había dicho Andrés. ¿Le creo? No sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario